miércoles, 13 de febrero de 2013


PISCINAS: CONCEPTOS BÁSICOS PARA EL MANTENIMIENTO DEL AGUA II


Una vez montada la piscina en la superficie adecuada, llega el momento de llenarla de agua.

Parece obvio, pero no todas las aguas son iguales. Debemos tener en cuenta que si llenamos la piscina con agua de pozo, por ejemplo, nos podemos enfrentar a problemas de minerales en el agua, como el hierro, pH muy disparados, alcalinidad muy alta… Estos factores pueden complicar el posterior mantenimiento del agua, y mucho.

Normalmente, lo que menos problemas genera es el agua corriente, es decir, del grifo o traída en cubas si no tenemos esa posibilidad. Puede parecer más caro en principio, pero a la larga nos podemos ahorrar dinero en químicos o vaciados y llenados de la piscina, y muchos quebraderos de cabeza.

¿Qué es lo primero que debemos hacer?


Una vez llena la piscina, comprobamos el nivel de pH y lo corregimos si es necesario. Para medir el pH encontraremos en el mercado unos reactivos que normalmente miden pH y nivel de cloro libre. Cogemos una pequeña muestra de agua y añadimos el reactivo. La escala de color nos indicará el nivel de pH que tenemos. Son económicos e imprescindibles para mantener la piscina. En verano podemos encontrarlos incluso en supermercados.
Ejemplo de medidor de pH sencillo.
Existen también aparatos electrónicos más sofisticados que nos darán una medición más exacta.

El nivel adecuado de pH para una piscina está entre 7,0 - 7,2.  Si no está en estos parámetros, debemos corregirlo con químicos adecuados. Tenemos para ello los minoradores y aumentadores de pH, que podemos encontrar en supermercados y tiendas especializadas.

¿Por qué es tan importante el pH? Pues porque si no lo tenemos ajustado, los desinfectantes no pueden actuar. Además, puede provocar irritaciones el los ojos y la piel de los bañistas.

Una vez medido y corregido el pH si es necesario,  nuestra piscina está lista para recibir el tratamiento químico elegidoEmpezaremos a tratar el agua de inmediato. No debemos dejar sin tratar la piscina los primeros días, es un error común que lleva a desagradables sorpresas.

Si nuestra agua es de pozo, debemos medir también la alcalinidad (debe estar entre 80-120 ppm)  o de lo contrario no podremos corregir el pH. Para corregir la alcalinidad, es mejor hablar con un profesional, es un proceso complicado.
Además, en este caso hay que tener en cuenta  también la posible presencia de minerales en el agua.
 
 

Mantener el pH. 

La operación de medir y corregir el pH es algo que debemos hacer como mínimo una o dos veces por semana. Es fundamental en el mantenimiento de nuestra piscina.

En la siguiente entrada hablaremos del tratamiento químico. Nos centraremos en el más común, el cloro.

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